
El etileno, conocido como la «hormona del envejecimiento de las plantas», es un gas de origen natural que juega un papel fundamental en el proceso de maduración de frutas y vegetales. Algunas frutas, como las manzanas, peras y kiwis maduros, producen etileno, lo que puede acelerar la maduración de otros productos almacenados cerca de ellas. Por lo tanto, entender cómo organizar el almacenamiento de estos alimentos puede ayudarnos a conservarlos frescos por más tiempo.
¿Qué es el etileno y cómo afecta a los vegetales?
El etileno es una sustancia química liberada de manera natural por ciertas frutas durante su proceso de maduración. Este gas no solo afecta a la fruta que lo emite, sino que también influye en otros vegetales cercanos, en particular aquellos que son sensibles al etileno. La cercanía y el contacto físico entre productos que emiten etileno y aquellos que son sensibles a este gas puede provocar una maduración y descomposición más rápida. Este proceso se acelera aún más si los productos presentan golpes o grietas, ya que estos daños favorecen la liberación de etileno y la vulnerabilidad de los productos sensibles.
Clasificación de frutas y vegetales según su relación con el etileno
Para optimizar la conservación de los alimentos, es útil clasificarlos en dos grupos:
Productores de etileno: Son aquellos alimentos que emiten este gas durante su maduración. Algunos ejemplos incluyen:
Aguacate
Albaricoque
Banana madura
Melón
Ciruela
Kiwi maduro
Mango
Manzana
Melocotón
Pera
Tomate
Sensibles al etileno: Son los alimentos que pueden verse afectados por la exposición al etileno, lo que acelera su deterioro. Algunos ejemplos son:
Acelga
Kiwi verde
Brócoli
Coliflor
Lechuga
Espinaca
Pimiento
Pepino
Zanahoria
Estrategias para retrasar la maduración
Para evitar la contaminación cruzada y prolongar la frescura de los vegetales y frutas, es esencial seguir algunas recomendaciones simples:
Separación física: Mantén los vegetales sensibles al etileno alejados de aquellos que lo producen. Esto es especialmente importante en espacios pequeños como la nevera, donde la concentración de etileno puede aumentar si no se separan adecuadamente.
Uso de bolsas o compartimentos: Si no es posible almacenar los productos en lugares completamente separados, coloca aquellos que producen etileno en bolsas selladas o en compartimentos aislados dentro del refrigerador. Esto minimizará la difusión del gas y protegerá a los productos sensibles.
Inspección regular: Es recomendable revisar los alimentos frecuentemente, retirando aquellos que muestren signos de maduración avanzada o daño. Esto ayudará a evitar que las frutas o verduras dañadas emitan más etileno y afecten a otros productos.
Al tomar en cuenta estas recomendaciones, es posible controlar el impacto del etileno en la maduración y prolongar la vida útil de las frutas y verduras en casa.
Manuel Cámara